Diez veces gracias

Gracias a los que habéis trabajado una década para el Nuevo Velázquez, a los que siempre habéis confiado en este proyecto, a los que habéis aportado ideas, a los que habéis sido voluntarios para todo. Gracias a los que organizasteis talleres en alguna Mañana Naranja, a los que estuvisteis en alguna Feria de los colegios, a los artistas que habéis compuesto y cantado el himno, a los alumnos que aprobasteis la EvAU, a los que no lo conseguisteis, a los que os portasteis mejor y a los que nos disteis más guerra. A los que estuvisteis en Granada, en Sevilla, en Amposta, en Cáceres o en Jaca, a los que lleváis poco tiempo en el colegio y a los que lleváis un porrón de años. Gracias a los que hicisteis sustituciones, a los que os bajasteis del tren, a los que fuisteis ponentes en alguna Jornada de Sensibilización, a los que hablasteis bien del colegio a alguien. A los que concebisteis e hicisteis realidad la reforma de este verano y a los que escribisteis en el blog. Gracias, de manera especial, a los familiares que escuchan batallitas increíbles de alumnos del Velázquez, a los que nos cubrieron en casa, a los que robamos tiempo para dedicárselo al colegio. Gracias a los que organizasteis actividades deportivas y festivales de Navidad, a los que hicisteis nacer y crecer el departamento de Orientación, a los que criticáis con afán constructivo, a los que os enfadáis porque sentís el colegio, a los que habéis estado en las duras y en las maduras. Gracias a los que habéis hecho del patio el aula en la que más se aprende del colegio, a los que quitasteis nieve cuando vino Filomena, a los que nos ayudasteis en aquella horrible primavera de 2020 o en ese complicado septiembre de 2018. Gracias a quienes han puesto su granito de arena para que el Nuevo Velázquez sea lo que es hoy. Gracias a las 25 personas extraordinarias que forman la plantilla del mejor colegio de Madrid, el Nuevo Velázquez.

Nos encantaría pensar que todas las personas que trabajan en el colegio se sienten privilegiadas. Así nos consideramos nosotros. Y reafirmamos nuestra convicción cuando leemos las opiniones del colegio que se pueden ver en Google; o cuando un padre se nos echa a llorar y nos dice que el colegio les ha cambiado la vida; o cuando vemos feliz a un chaval que meses atrás estaba hundido. La de enseñar, la de educar es, con diferencia, la profesión más bonita del mundo. Y consideramos que no hay una experiencia educativa tan intensa, tan completa, tan total, como la que se lleva a cabo en el Nuevo Velázquez. Una experiencia que comienza cuando los alumnos entran por la puerta y no se detiene hasta que los chavales salen del centro. Ni en el patio, ni en las clases, ni en la biblioteca, ni en el comedor, ni en el gimnasio, ni en el departamento de orientación, ni en ninguno de los espacios del colegio: el Nuevo Velázquez es un aula inmensa en la que damos cabida a todo tipo de alumnos. Lo hacemos por convicción, porque creemos que un colegio como el nuestro es absolutamente necesario.

Por ello, podremos crecer, mejorar las instalaciones, aumentar los servicios que se ofrecen. Pero hay cosas que no cambiarán. Nunca seremos un macro colegio, ni pelearemos por tener la mejor media en la EvAU, ni tendremos mil alumnos, ni nos haremos trilingües. Sin embargo, podéis estar seguros de que nunca dejaremos de dar oportunidades a aquellos chavales que no las han tenido en otros colegios, de que el Nuevo Velázquez será siempre la casa de los alumnos a los que un día se les dijo que a lo mejor estudiar no era lo suyo, de los que fueron víctimas de una etiqueta que les cortó las alas, de aquellos que nunca fueron los más populares del patio, de los que no tuvieron una segunda oportunidad, de los que se frustraron al comprobar que, a pesar de dedicar tiempo al estudio, las cosas no les salían.

¡Feliz décimo aniversario, colegio Nuevo Velázquez! Y que cumplas muchos más…