Me gusta ir al cole
Martes, primera hora tras el recreo, una clase cualquiera…
A ver si hoy puedo terminar el tema, no es difícil y con un par de ejercicios de cada apartado seguro que queda claro y lo empiezan a entender.
Llego a la puerta de la clase y me quedo esperando como todos los días a que se sienten en sus sitios.
– ¡Ya está el profesor en la puerta! -grita Martita 3.
– ¿Por qué no entra? -pregunta Luisito 1.
– ¡Si todos los días hace lo mismo! -contesta Martita 3.
– ¡Ah, no me había fijado! -responde Luisito 1.
¡Tres meses de clase y aún no se ha dado cuenta!
– ¡QUE OS CALLÉIS O SI NO, NO ENTRA! -dice Martita 2.
– ¡QUE TE CALLES TÚ Y NO GRITES! -chilla Luisito 4.
-Hasta que no estéis en vuestro sitio y en silencio no entro –digo.
Tras unos instantes, en los que cada uno se orienta y encuentra su mesa y su silla, parece que llega la calma.
Voy dejando una hoja con ejercicios encima de cada mesa.
– ¿Qué es esto, profe?
-Una hoja con ejercicios. Quiero que guardéis en la cajonera todo lo que no sea de la asignatura.
– ¿Y el estuche?
– Lo puedes dejar.
– ¿Y las tijeras?
– Las guardas.
– ¿Y…?
– A ver –digo -no es difícil, todo lo que no sea el cuaderno y la fotocopia, a la cajonera.
– ¡Profe!
– ¿Qué?
– A mí no me has dado fotocopia.
– Ni a mí.
– Ni a mí.
– ¿Cómo qué no? Si he dejado una encima de cada mesa –digo.
-En la mía no.
– ¡Ni en la mía!
Mirad en la cajonera, porque seguro que la habéis guardado sin daros cuenta.
– ¡LA ENCONTRÉ! –grita Martita 4.
¡BRUUUUUM! Suena un estrépito.
– Profe, se me han caído los libros de la cajonera –dice Luisito 3.
– Pues lo recoges –digo – y rápido.
– Bueno chicos, seguimos con el mínimo común múltiplo y el máximo común divisor. ¿Todos os acordáis de lo que vimos ayer?
Mano levantada.
– Dime Martita.
– ¿Vamos a ver hoy una película?
– ¡QUÉ PELÍCULA NI PELÍCULA! –grito – ¿Cuándo hemos visto películas en matemáticas?
– ¡Ah, no sé! dice Martita 3.
– ¡Yo no me acuerdo del máximo común múltiplo! dice Luisito 5.
– No me extraña –digo – No existe…
– Profe ¿Por qué nos enseñas cosas que no existen? –dice Martita 1.
No contesto.
– Os he dejado en la mesa una fotocopia con problemas. Ayer os conté cómo diferenciarlos y cómo resolverlos –digo.
– ¿Quién se acuerda? –pregunto.
Levanta la mano Luisito 5, el del máximo común múltiplo.
-Dime Luisito.
Me lo dice bien.
– Pues venga- digo– ¡Todo el mundo haciendo el primer problema!
– Quien acabe primero, tiene premio.
– ¿Qué premio?- pregunta Martita 2.
– Ya lo veréis –contesto.
Se hace el silencio y veo a todos concentrados en el problema. Desde mi sitio localizo quién sabe lo que está haciendo y quién está perdido. Tomo nota para luego explicárselo uno a uno.
– ¡YA HE TERMINADO, PAPÁ! -dice Luisito 4.
Risas.
Luisito 4 se pone colorado.
-Vale, hijo -digo acercándome a Luisito 4 y sonriéndole.
Más risas.
– ¡Yo también, papi! – dice con sorna Martita 1.
– ¡Y yo! ¡Yo también! Suenan varias voces.
– ¿Quién sale a corregirlo a la pizarra? – pregunto.
Martita 3 levanta la mano.
-Venga, sales tú- digo.
-No, profe, ¡que si puedo ir al baño!
-Ya sabes que no.
Se levanta y viene hacia mí.
– Es que son cosas de chicas- dice.
– Pero si hace diez días me dijiste lo mismo- le contesto.
Se encoge de hombros y la dejo salir.
-¡PROFEEEEEE! -grita Luisito 2.
-¿QUE? -grito yo.
-¡QUE YA ES LA HORA!
No puede ser, se me ha pasado volando.
– Adiós Papá, adiós Papi. Suenan varias voces. .
– Adiós, hijos míos, y TODOS A VUESTROS SITIOS ¡YA!
Siguiente clase. A ver si me da tiempo a…
¡¡Me gusta venir al colegio!!
Autor
Javier Antolín
Javier Antolín es profesor de Biología y Matemáticas en dos centros de la Comunidad de Madrid, el colegio María Inmaculada y el colegio Nuevo Velázquez. De éste último fue director durante ocho años.
Magnífico artículo teatralizado del aula. Javier Antolín muestra con sutileza su vocación viva de “maestro “ ( Qué grande resulta para mí esta palabra) Amor y dedicación al aula, al pupitre, a la asignatura, al alumnado y, en definitiva, al proceso de aprendizaje. Conozco, aunque no directamente, la dedicación del profesorado del Nuevo Velázquez a la enseñanza y me parece encomiable y absolutamente necesaria en esta sociedad nuestra. !Enhorabuena!
Muchas gracias por leernos y por tu comentario, en el que queda claro que sabes bien de lo que hablas. Recuerda que nos vemos, cada quince días, en «El blog del Nuevo Velázquez». ¡Fuerte abrazo, Sole!
Reflejo fiel del día a día ,menos mal que cuentan con vuestra paciencia y buen hacer
Se hace lo que se puede, Isabel… Muchas gracias por leernos y por tu comentario.
Javier, gran profesor y compañero durante varios años en el Velázquez de Serrano.
Sigues con el mismo humor. Un abrazo.
¡Gracias por tu comentario, Lucía! Aquí sigue el bueno de Javier, dando guerra, ¡pedazo de crack!
La realidad de cada día no se podía haber contado de mejor modo.
Así es. Con un toque de humor, claro que sí, pero reflejando varias situaciones en las que cualquier docente se habrá visto en alguna ocasión. Muchas gracias por tu comentario.
😂😂😂
Es parecido estudiar con ellos: se les cae el lápiz, la goma, ahora voy al baño, ahora tengo que comer algo y consigo manchar de grasa los deberes, o se vuelca el vaso de agua….
Pero consigues que entiendan y avancen en mates.
¡Muchas gracias por tu trabajo!
Gracias por el apoyo desde casa, por leernos y por comentarnos. Te esperamos cada quince días en «El blog del Nuevo Velázquez».
Jajajajaja……..
Qué paciencia!!!!!!!!!!
Javier suma a su dilatada experiencia buenas dosis de paciencia infinita. Además es un genio contando anécdotas. Gracias por tu comentario.
Soy profesor y me identifico con casi todo lo que cuenta el artículo! Muy divertido
Javier sabe de lo que habla y lo cuenta como nadie. Mil gracias por leer el artículo y por tu comentario.
Me ha emocionado y me ha hecho sonreír por dentro. Es taaan real.Javi,plasmas como nadie nuestra maravillosa vocación.
Muchas gracias compañero por estos minutos.
PD. Quiero más😊👏🏻👏🏻👏🏻
Muchas gracias, Beatriz, por leer «El blog del Nuevo Velázquez» y por tu comentario. ¡Te esperamos dentro de quince días!
Me ha encantado la historia tuya Javier, que recuerdos con tus clases de Biología y Matemáticas, sobretodo a última hora, recuerdo la primera vez que me diste clase en 3º ESO con Mates y Biología, recuerdo lunes, miércoles y jueves a última hora de 16:30 a 17:30, tus esquemas en la pizarra y lo mejor, cuando era el final de la hora y se acabó, pensando me decía a mí mismo «¿Ya se acabó? se me ha pasado rápido la clase» esa frase que dijiste en el día del evento, buena historia Javier
Muchas gracias por tu comentario, Rubén. Un fuerte abrazo.