Aprendiendo
Mediados de septiembre del año 1992, viernes por la tarde, suena el teléfono, el fijo, el de pared, por aquella época aún no había móviles.
– ¿Javier Antolín?
– Sí, soy yo.
– Le llamo del colegio Velázquez, es por si estuviera interesado en realizar una entrevista de trabajo mañana, sábado, a las 10.
– Sí, por supuesto, allí estaré.
El sábado a las nueve y media ya estaba yo dando vueltas cerca de la calle Serrano, en la plaza de los delfines (República Argentina), frente al famoso restaurante Mayte Comodore.
El número 158, al que me dirigía, no tenía aspecto de colegio, era una casa grande del Viso, como tantas otras de la zona (más adelante entendí lo importante que fue para muchos alumnos ese aspecto de casa-hogar y no tanto de colegio).
A las 10 en punto llamé al timbre, me abrió Isabel y me hizo pasar al salón. Sí, era el salón de una casa. Allí se encontraban dos mujeres, que, a mí, me parecieron bastante mayores. Ninguna de ellas superaba el metro cincuenta de estatura. Se presentaron: la señorita Carmen, jefa de estudios del colegio y domadora de alumnos (en aquel momento el colegio era solo de chicos), y la señorita María Luisa, dueña del colegio.
Durante la entrevista, dos cosas me llamaron la atención. Por un lado, comentaban entre ellas mis respuestas como si yo no estuviera allí, cosas del tipo:
– Pues tiene buen aspecto y parece que puede manejar a los chicos.
– Sí, y además necesitamos más hombres en el colegio.
– ¿Usted se hace respetar? -me preguntó la señorita Carmen, mientras fumaba un Ducados.
– Pues… la verdad… supongo que sí, nunca lo había pensado –contesté.
– Muy bien –me dijó la señorita María Luisa -pues el lunes a las ocho y media viene usted, le enseñamos el colegio y a las nueve, a clase. Va a dar matemáticas en primero, segundo y tercero de BUP.
La segunda cosa que me sorprendió, y mucho, fue cuando dije:
– Bueno, pero es que yo… nunca he dado clase…
Y ambas me respondieron casi a la vez:
– Bah, pero eso se aprende.
Así es como comenzó mi relación con el colegio Velázquez y aquí sigo, 30 años después, aprendiendo a ser profesor.
Ahora cumplimos 10 años como Colegio Nuevo Velázquez (se pasa el tiempo volando) y no ha sido fácil llegar hasta aquí. Aún recuerdo como un puñado de compañeros del Velázquez, ante la perspectiva de la desaparición del colegio, nos pusimos manos a la obra para que todo el legado de María Luisa Guaza no desapareciera con su fallecimiento. Aquí sí que tuvimos que aprender cosas totalmente nuevas para nosotros, pero con mucho trabajo y también, por qué no decirlo, con algo de suerte, en enero de 2013 abrió sus puertas el Colegio Nuevo Velázquez.
Durante estos 10 años hemos avanzado muchísimo en la atención a los alumnos y a sus familias, en hacer un colegio en el que todos se encuentren cómodos y seguros, un colegio donde sea divertido venir a aprender y a trabajar, utilizando lo que aprendimos en el antiguo colegio Velázquez.
Y aquí sigo, aprendiendo de mis compañeros y, sobre todo, de mis alumnos. Y cuando hablo con algún profe joven y nuevo que me dice que nunca ha dado clase, ahora soy yo el que le dice:
– Bah, pero eso se aprende.
Enhorabuena Javier a todos los alumnos que has tenido a lo largo de tu vida.
Buen profesor porque comenzaste a aprender en tu primer día de clase jajaja, y mejor persona porque así naciste.
¡Muchas gracias por tu comentario! De enhorabuena está el colegio Velázquez por haber contado durante tantos años con un crack de la talla de Javier Antolín… ¡Fuerte abrazo!
Completamente de acuerdo con la opinión de Javier Antolín. Para aprender a ser profesor, sólo sirve estar en el aula. Enhorabuena por el estupendo artículo y Feliz 2023 a toda la Comunidad de Nuevo Velázquez!!!
De gran profesora a gran profesor. ¡Fuerte abrazo y gracias por tu comentario, Sole!
Me encanta este escrito. No tengo la suerte de conocer a Javier, pero los comentarios de sus compañeros lo dicen todo. GRACIAS POR TANTA ENTREGA.
¡Gracias, María Jesús! Así es, Javier es un profesor fantástico, y el texto es un extraordinario testimonio de la historia del colegio. ¡Un fuerte abrazo!
Cada dia aprendimos de ti Javier!!! Gracias por contar tu experiencia.
De Javier se aprende sólo con hablar con él. Muchas gracias por tu comentario, Ángela.
Javier, eres un excepcional profesor y un compañero maravilloso. Gracias por tu humanidad y tu dedicación!
¡Totalmente de acuerdo, Estela! Ya sabes que tienes una tarea pendiente: escribir un post para «El blog del Nuevo Velázquez». ¡Muchas besos!
Que difícil es resumir una larga historia en un breve artículo, dejando claro la esencia del mensaje y además, con un humor, en mi opinión, fino (no paro de reír).
¡Bah, pero eso se aprende! Ummmm….No sé yo.
No tengo el honor de conocer a Javier. Lo que puedo decir es que fue un placer leer el post!
Gracias por tu comentario, Alejandro. Das en el clavo, Javier maneja la ironía como nadie. Nos alegra mucho que te haya gustado el artículo. Un abrazo.
Me ha gustado la historia.
Dar clase es emocionante y en el nuevo velazquez intenso pero reconfortante.
Felicidades por vuestros 10 años.
Muchas gracias por tu comentario y por seguir «El blog del Nuevo Velázquez». Un fuerte abrazo.
Efectivamente, Javi,se aprende enseñando y teniendo al lado compañeros como tú. Qué suerte tienen tus alumnos.
Felicidades por el artículo.¡Me encanta descubrir cosas tuyas! 😊
Muchas gracias por tu comentario, Beatriz. ¡Un abrazo!
Los diez años de historia del colegio Nuevo Velázquez no se pueden entender sin la figura de Javier Antolín: profesor de profesores, y extraordinario compañero y amigo. ¡Qué no nos falte nunca!
Sin duda profesores veteranos son los que realmente nos enseñan a los que somos más principiantes. La calidad humana, sus experiencias y el tacto que transmiten son aspectos que no aparecen en ningún temario de nuestra formación. Es aquí, desde la trinchera, cuando realmente nos ayudan a aprender cada día. La figura que representan docentes como Javier son fundamentales para todos. Gracias por ello.
¡Muchas gracias por tu comentario, Nacho! Los recién llegados también tienen mucho que enseñar a los profesores veteranos: la ilusión, la energía y las ganas de seguir aprendiendo no se deben perder nunca. Lo sabe muy bien el bueno de Javier y se lo aplica al pie de la letra. ¡Fuerte abrazo!
Muy bonita la historia de Javier, yo la verdad es que fui feliz de que me diera Biología y Matemáticas, las clases estaban muy entretenidas y le doy las gracias por el cursillo de verano 2017, gracias a Javier, aprobé Matemáticas 2º Bachillerato
¡Gracias, Rubén, por tu comentario y tu cariño hacia el colegio! Un abrazo muy grande.
YO ERA ALUMNO DE ESTE COLEGIO DESDE CUARTO DE EGB HASTA COU… INCREIBLE Y YA ESTOY EN LOS 56 AÑOS… Y EL CAFELITO EN LA CASA DE ARAGON
Y DOY LAS GRACIAS A LA SEÑORITA CARMEN, Y A TODOS LOS PROFESORES DE ENTONCES… GRACIAS A TODOS Y MUCHO ANIMO
¡Qué ilusión nos hace tu comentario, Luis Alfonso! En el Velázquez antiguo, el de la calle Serrano, está el germen del Nuevo Velázquez. Te recomiendo un post de este blog, «Una mujer irrepetible«, en el que se cuenta la vida de María Luisa Guaza, fundadora del colegio y los orígenes del antiguo Velázquez. El colegio actual no tiene nada que ver con el que tú conociste, estás invitado a visitarnos cuando quieras. ¡Un fuerte abrazo!